Retiro-convivencia Parroquial

El sábado 27 de mayo disfrutamos de un día de retiro y convivencia, en el que reflexionamos sobre las distintas voces que compiten dentro de nosotros. Así poder hacer un discernimiento sobre lo que nos lleva a participar y colaborar en las distintas tareas que se realizan en la Parroquia.

Esta reflexión la hicimos a través de diversos ejercicios espirituales que provereyon espacios para meditar sobre:

  • Nuestra imagen y la tentación de apropiarnos de lo que hacemos.
  • Nuestros temores
  • Evaluando nuestros quehaceres y prioridades
  • Nuestras heridas en cada una de nuestras vidas.
  • La influencia de las opiniones de otros
  • Y uno de los últimos talleres para meditar, fue el de los momentos cuando no logramos reconocer que Él camina a nuestro lado.

Terminando este retiro con un almuerzo donde se compartieron buenos momentos y reflexiones personales de todos los participantes

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Domingo de Pentecostés

28/05/2023

Solemnidad de Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo, también el día de la Acción Católica y del apostolado seglar cuyo lema para este año es “Juntos anunciamos lo que vivimos”. Han pasado cincuenta días desde la Pascua, desde las experiencias Pascuales, de la Resurrección, que nos han puesto en el camino de la vida verdadera. Vida para llevarla al mundo, para transformar la historia, para fecundar a la humanidad con una nueva experiencia de unidad, que no de uniformidad, de razas, lenguas, naciones y culturas. Ponemos, en este día, de relieve lo que sintieron aquellos primeros hermanos nuestros en la fe, los cuales perdieron el miedo y se atrevieron a salir del cenáculo para anunciar el Reino de Dios que se les había encomendado.

La primera lectura relata el acontecimiento de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo cincuenta días después de la Pascua, es el don que el Señor resucitado entrega a sus discípulos para que puedan continuar su misión. La respuesta de este gran acontecimiento tanto de alabanza “Bendice, alma mía, al Señor”, como de gratitud “Gloria a Dios” y de súplica “Envía tu Espíritu” viene de mano del salmista. La segunda lectura pone de relieve la diversidad de dones que el Espíritu Santo entrega a la Iglesia. En el evangelio, Jesús infunde su Espíritu sobre los apóstoles, para que transformados puedan llevar a cabo la misión que el Padre encomendó a su Hijo.

La primera lectura es la versión del acontecimiento de la venida del Espíritu Santo de la mano de Lucas en el libro de los Hechos. Lucas sitúa el hecho el día de Pentecostés, la segunda fiesta judía más importante después de la fiesta de Pascua, conocida también como fiesta de las Semanas, de la Siega o de las Primicias, aunque es una fiesta agrícola, el pueblo de Israel le da un sentido teológico, ya que se produce en un contexto muy similar a la constitución del pueblo de Dios en el Sinaí, celebra la acogida del don de la Ley como condición de vida para la comunidad renovada. Evoca también al acontecimiento del relato mítico de la Torre de Babel, pues si en Babel sucedió la gran confusión por la diversidad de lenguas, Pentecostés de presenta con el anti-Babel, porque los apóstoles hablan en lenguas y los oyentes les entienden cada uno en su lengua. La plenitud del Espíritu se instala en todos los presentes como una fuerza viva que les impulsa a proclamar la victoria de Jesús y el Reino de Dios “… y cada uno los oímos hablar de las grandezas de dios en nuestra propia lengua”. La irrupción del Espíritu en los discípulos les devuelve aquel dinamismo que tenían cuando compartían la vida de Jesús y que ahora vuelven a sentir vivo entre ellos. Dejan de ser victimas del miedo y del fracaso, quedan llenos de amor, alegría, paz, compresión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad y de dominio de sí “… según el Espíritu les concedía manifestarse”. Lo mismo nosotros estaremos llenos de los dones del Espíritu siempre que vivamos por el Espíritu y nos dejemos guiar por Él.    

La segunda lectura, trata de la acción del Espíritu en todos los cristianos. Gracias al Espíritu existen en la comunidad cristiana de carismas, de ministerios y de funciones, que no rompen su unidad. Todo lo que somos y tenemos los cristianos es fruto del Espíritu, porque es la forma en que Jesús resucitado sigue entre nosotros, “un mismo Dios que obra todo en todos”. Cuando afirmamos que la Iglesia comenzó a ser viva prolongación de Cristo en la tierra entendemos que es el mismo Espíritu que engendró a Jesús en las entrañas de María, el que dio vida y origen a la Iglesia como comunidad creyente sin distinción entre judios y griegos, ni esclavos y libres, “Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu”.

En el evangelio se distinguen cuatro momentos: el saludo, la confirmación de que es Jesús quien se aparece, el envío y el don del Espíritu. El saludo es el habitual de los judíos “¿La paz esté con vosotros!” “Shalom” que no es un simple saludo, pues los apóstoles por el miedo a los judios, estaba muy necesitados de paz. La confirmación, las puertas cerradas, les muestra las manos y el costado, “Y es mostró las manos y el costado” confirma que realmente es él.  Todo podía haber terminado aquí, con la paz y la alegría que sustituye al miedo, pero Jesús les encarga una misión, “Como el padre me envió, así os envío yo” Jesús los envía, para lo cual sopla sobre ellos e infunde sobre ellos el Espíritu Santo, “Recibid el Espíritu Santo” don estrechamente vinculado con la misión que les ha encomendado.

Dejémonos guiar por el Espíritu Santo para proseguir la misión de anunciar el Reino de Dios.

Feliz domingo, día del Señor y feliz semana.

Domingo de la Ascensión del Señor

21/05/2023

Séptimo domingo de Pascua, Domingo de la Ascensión del Señor, solemnidad que expresa la exaltación y glorificación de Jesús, como contraposición de su humillación en la pasión y la muerte en la cruz. Jesús, que vino del Padre, una vez acabada su vida en la tierra vuelve al Padre. La partida y Ascensión de Jesús no entristece a los discípulos, pues les dijo, como tuvimos ocasión de oír el domingo pasado, que no los dejaría huérfanos, les anunció la promesa del Espíritu Santo; y hoy además añade una tarea: ser sus testigos hasta los confines del mundo.

La síntesis de las lecturas puede quedar de esta manera:  El libro de los Hechos de los Apóstoles relata la escena de la Ascensión del Señor “fue llevado al cielo”  y la misión del envío a ser sus testigos “seréis mis testigos […] hasta el confín de la tierra” En el salmo el pueblo se dirige en procesión hacia el templo de Jerusalén, entre palmas y gritos de alegría que nosotros proclamamos hoy confesando a Jesús resucitado y exaltado “Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.” La segunda lectura de la carta de S. Pablo a los Efesios, nos ayuda a comprender la fiesta de hoy, se centra sobre el triunfo “está sentado a la derecha de Dios, por encima de todo y de todos” El evangelio nos relata, que Jesús anuncia, lo mismo que en la primera lectura, la misión de anunciar el Evangelio a todos los pueblos y que estará con nosotros hasta el final de los tiempos “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos”

La primera lectura, el relato de la escena de la Ascensión, coincide con el final del evangelio de Lucas, autor también de los Hechos. Es el único autor que nos reata esta escena de la Ascensión y por dos veces, en sus dos escritos. Y por tanto hay una serie de elementos que se repiten en los dos textos: Jesús como protagonista que asciende al cielo y la promesa del Padre que enviará al Espíritu Santo, aunque al final del evangelio no lo dice tan explícitamente como en Hechos. La Ascensión supone el fin de las manifestaciones de Jesús tras la resurrección. Es su última manifestación a los apóstoles, y lo hace subiendo al cielo.

Se trata de un comienzo en Jerusalén, corazón del judaísmo que entronca a la nueva comunidad con el pueblo elegido de Dios. El Reino de Dios sigue anunciándose fuera de Jerusalén y Galilea, salta las fronteras y se introduce en las tierras de Samaría donde fructificará el Evangelio y así hasta los confines del mundo “seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra.”  Jesús les pide que no se alejen de Jerusalén “aguardad que se cumpla la promesa del Padre” con lo que el texto nos introduce desde ya en la preparación de la fiesta de la venida del Espíritu Santo, Pentecostés, solemnidad que celebraremos la próxima semana.

La segunda lectura es muy interesante para comprender la fiesta de la Ascensión del Señor, no habla directamente de la ascensión de Jesús al cielo, pero carga todas las tintas hablando del triunfo “está sentado a la derecha de Dios” palabras que recitamos en el Credo y que predicaron los apóstoles. Es la manifestación visible del triunfo del crucificado: aquel, a quien todos pudieron verle crucificado, ahora, coronado de gloría, está en el cielo, como juez y señor de todo lo creado.

En el evangelio, Jesús se reúne con los once en Galilea, la tierra de los gentiles, campo de misión de Jesús. allí los discípulos escucharon la primera llamada, la vocación, al seguimiento y fueron testigos de la misericordia de Jesús hacia los enfermos y abatidos. Ahora Jesús Resucitado les va a conceder mayor protagonismo en su obra evangelizadora, y los devuelve a su vida cotidiana, donde tendrán que vivir desde los aprendido del Señor

Encontramos dos actitudes de los discípulos, primero la duda caracterizó algunos momentos del discipulado, por ejemplo, los Doce elegidos quedaron en Once. Segundo, la postración o adoración la vemos en ciertos momentos del evangelio, ahora los discípulos, que están todavía en camino, se mueven entre la duda y la adoración, porque su fe aún necesita madurar “Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron”. Sin embargo, Jesús antes estas actitudes no les reprocha su fallos y abandonos, todo lo contrario, se acerca a ellos y los invita de manera imperativa a la misión “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado” la evangelización de toda la humanidad. Pero para esta tarea no estuvieron solos, ni nosotros hoy tampoco lo estamos, pues el estará siempre con nosotros hasta el final “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”

Feliz domingo y feliz semana.

PASCUA DEL ENFERMO

El próximo domingo 21 de mayo celebraremos la Pascua del enfermo en la misa de 12:15
En ella será impuesto el Sacramento de la Unción de Enfermos a todo aquél que lo desee.

Los niños que asistan a esta misa tendrán la oportunidad de acompañar a nuestros mayores y/o enfermos a recibir este Sacramento.

» DÉJATE CONMOVER POR SU ROSTRO DESGASTADO«» es el lema Pastoral de la Salud ha propuesto para esta Campaña que tiene como fin sensibilizar sobre la necesidad de acompañar a los enfermos y mayores que se encuentran solos en sus hogares o en residencias.