30/07/2023
Domingo XVII del tiempo ordinario, el pasado domingo con la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores cuyo lema para este año es: “Su misericordia se extiende de generación en generación” (Lc 1,50). El año pasado por estas mismas fechas dábamos gracias a Dios por la extinción del incendio que padecimos en nuestra sierra, y nos sumábamos a la petición por la extinción de los incendios que azotaban nuestra geografía y la de los países vecinos, este año lo hacemos por los incendios que azotan a la mayoría de países de la cuenca mediterránea y por de las víctimas de los mismos. También queremos pedir por la JMJ 2023 que tendrá lugar esta próxima semana en Lisboa y cuyo lema es “María se levantó y partió sin demora (Lc 1,39)” y de la que algunos jóvenes de nuestra parroquia participarán junto a toros tantos de nuestra dicocesis y de otras.
Una síntesis de las lecturas: la primera lectura, del primer libro de los Reyes, encontramos al rey Salomón que no pide a Dios riquezas ni fama, sino sabiduría y discernimiento para gobernar bien a su pueblo “Pediste para ti inteligencia”. Mientras el salmo nos invita a cantar, meditar y cumplir la ley del Señor “¡Cuánto amo tu ley, Señor!”, entendida no como ordenes frías e impersonales, sino como expresión de amor. En la segunda lectura, de la carta a los Romanos, Pablo, nos recuerda que somos imagen y semejanza de Dios, por lo que nuestra vida debe ser imagen de Cristo “Nos predestinó a reproducir la imagen de su Hijo”. Por lo que en el Evangelio nos hace preguntarnos cuál es nuestro tesoro y si somos capaces de dejarlo todo para buscarlo “Vende todo lo que tiene y compra el campo”
La primera lectura, destaca el amor de Salomón a la sabiduría, entendida como sensatez, cordura, buen juicio; que no quiere riquezas humanas, sino sagacidad o mano izquierda para gobernar bien a su pueblo. La sabiduría es identificada con Dios mismo, y precisamente el rey Salomón a pasado a la fama por su sabiduría por su amor a Dios. Ante la oferta de Dios “Pídeme lo que deseas que te dé” pide el don de la sabiduría “Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal” Y justamente el salmo es la oración de un creyente que aprecian la sabiduría de Dios más que ninguna otra cosa “Más estimo yo la ley de tu boca que miles de monedas de oro y plata” Lo mismo ocurrirá con las parábolas de tesoro y la perla, que representan el Reino, una vez encontrado goza de la más alta estima para quien lo encuentra.
La segunda lectura, de la carta de S. Pablo a los Romanos, nos anuncia que desde toda la eternidad Dios nos ha predestinado a ser sus hijos, hermano de nuestro Hermano Mayor, el Hijo de Dios “a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos” Este es el proyecto de Dios sobre nosotros, centrado en Cristo Jesús, por lo que nos llama, nos hace justos y nos destina a la gloria “Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó”
Lucas, en el evangelio, nos viene a decir que lo decisivo en la vida del Maestro y sus seguidores es el reino, descubrirlo y decidirse por el va a marcar toda la vida, un mensaje muy significativo en las parábolas del tesoro y la perla “El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido”. Nos encontramos ante dos parábolas gemelas, en las que un hombre que trabaja el campo y un mercader, encuentran algo de enorme valor que se convierte en el absoluto de sus vidas “El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra”. El tesoro y la perla son tan preciados que provoca en estos personajes un cambio en su escala de valores, venden todo sin entretenerse en hacer cálculos y con el corazón “lleno de alegría” para hacerse con el bien tan preciado.
La otra parábola, la de la red, es muy parecida a la del domingo pasado, la del trigo y la cizaña. La red recoge toda clase de peces que simbolizan la invitación universal a que todo el mundo forme parte del reino, pero al final de los tiempos, Dios clasificará entre buenos y malos “reúne los buenos en cestos y los malos los tiran”, peces buenos y peces malos
Jesús quiere saber si sus discípulos han comprendido la enseñanza sobre el reino, si han captado estas comparaciones con sus vidas, la misma pregunta nos la dirige Jesús a nosotros: ¿habéis entendido esto? ¿hemos comprendido los misterios del reino de los cielos que se desvelan en las parábolas?, de tal manera que, si comprendemos esto, si estas enseñanzas se han depositado en nuestro corazón, llenos de alegría venderemos todo cuanto tenemos y dejaremos que el reino sea el motor de nuestra vida, serán el tesoro y la perla que no estaremos dispuestos a abandonar.
Contemplemos el tesoro y la perla preciosa, dejémonos acariciar por el reino y percibirlo con pasión, reino por el que merece la pena relativizarlo todo.
Feliz domingo, día del Señor y feliz semana.



