II Domingo Del Tiempo Ordinario

14/01/2024

Comenzamos el llamado tiempo ordinario, que no es un tiempo de segunda categoría, sino un tiempo para seguir creciendo en la fe, un tiempo en el que se nos invita a seguir las huellas de Jesús, como sus discípulos en la vida cotidiana, y lo haremos de la mano del evangelista Marcos que nos va a acompañar la mayor parte del año. Coincide este Segundo Domingo del Tiempo Ordinario el día de la infancia misionera cuyo lema para este año es “Comparto lo que soy”, además de celebrar en nuestra parroquia, este mismo día, el día de la familia con la renovación de las promesas que se hicieron en su día los matrimonios.

El común de las lecturas de este domingo es la vocación y la misión. En la primera lectura, del primer libro de Samuel, asistimos a la vocación del mismo Samuel, en ella destacamos que la vocación es iniciativa de Dios, es este caso con mucha insistencia, tres veces, y a la cuarta, con ayuda del sacerdote Elí, “Habla, Señor, que tu siervo escucha” Samuel responde a la Palabra del Señor. Así mismo como el joven Samuel responde a la llamada de Dios lo hace el salmista “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” En la segunda lectura, Pablo, nos invita a glorificar a Dios con nuestro cuerpo, “El que se une al Señor es un espíritu con él” estamos llamados por Jesucristo para seguirle y ser reflejo de la presencia divina en nuestro mundo. El Evangelio, el Bautista, el precursor, es el testigo que posibilita que otros conozcan a Jesús “Este es el Cordero de Dios”

El evangelista que principalmente nos va a acompañar durante todo este ciclo B es el evangelista S. Marcos. Pero al comienzo de este tiempo ordinario encontramos un texto de S. Juan, cuyo motivo es el de introducirnos a todo el misterio de Nuestro Señor. Es un mensaje en el que el Bautista señala a Jesús como “Este es el Cordero de Dios” los discípulos de Juan ahora siguen a Jesús y se hacen sus discípulos. S. Juan se desprende de lo único que tiene, sus discípulos, es un desprendimiento de lo único que tenía en esta vida, pues no tenía posesiones, ni familia, ni riquezas, ni negocios.

La pregunta de Jesús, “¿qué buscáis?”  insinúa que puede haber un tipo de seguimiento no conforme con lo que Jesús ofrece, pero al ver el interés de los discípulos, Jesús les ofrece compartir su propia vida. Ellos le preguntan “¿Dónde vives?” y Jesús les invita a ir detrás de él. No habla de promesas, sino de una realidad que ellos pueden constatar y ver “venid y lo veréis”. Jesús vivía a orillas del Mar de Galilea en la ciudad de Cafarnaúm, pero este es el lugar de su residencia, la pregunta hoy para nosotros sería ¿dónde vive, dónde está y dónde puedo encontrar a Jesús?

En la primera lectura es Elí el que ayuda a Samuel en su encuentro con Dios. En el Evangelio, observamos la dinámica parecida, testimonio-llamada-seguimiento. Necesitamos el testimonio de otros que nos pongan en el camino de Jesús, así sucede con los discípulos del Bautista, el cual da testimonio e invita a sus discípulos a seguir a Jesús, Jesús los llama ¿Qué queréis? Y estos le siguen, primero preguntándole donde vive. Lo mismo ocurre con Andrés y Pedro, Andrés dice a Pedro que ha encontrado al Mesías, da testimonio de Él, y lo llevó a Jesús, Jesús lo llama e incluso le cambia el nombre.

El encuentro con Jesús atrae a los discípulos y satisface los deseos que ellos tenían de buscarle. Jesús suscita el hambre y la sed de Dios, reconvierte los deseos y aspiraciones del hombre en un auténtico deseo de que se cumpla la voluntad de Dios, como dice la antífona del salmo “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”

El Señor no quiere sacrificios, ofrendas, holocaustos ni sacrificios expiatorios para encontrarlo, tan solo quiere que lo busquemos y encontremos en todos los necesitados, en nuestro prójimo, en las Escrituras, en la Eucaristía, en el Sagrario, en la comunidad creyente. Y cuando lo encontremos digamos como Samuel dijo a Elí: “Habla Señor que tu siervo escucha”

Demos testimonio con nuestras vidas, para que otros sean llamados y puedan seguir a Jesús.

Feliz domingo, día del Señor, y feliz semana.

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