V Domingo Del Tiempo Ordinario

04/02/2024

El tiempo ordinario no celebra un acontecimiento particular de la vida de Jesús, pero durante todo este tiempo nos va transmitiendo lecciones, siempre actuales, para nuestra vida cotidiana, para cada día.  El domingo pasado nos contaba el asombro causado por la predicación de Jesús y su autoridad sobre los espíritus inmundos. Todo ocurrió en sábado en la sinagoga de Cafarnaúm. El evangelio de hoy nos cuenta como término la jornada y que ocurrió en los días siguientes, el relato gira en torno a dos temas: la curación de la suegra de Pedro y la expulsión de muchos demonios.

 La síntesis a las lecturas puede ser: En la primera lectura Job se lamenta de que la vida es breve y está llena de sufrimientos y se queja a Dios. “Recuerda que mi vida es un soplo, que mis ojos no verán más la dicha” Son las mismas preguntas que se hace todo ser humano cuando le invade el dolor. El salmo precisamente es una alabanza a Dios, que sana los corazones doloridos y sana sus heridas “venda sus heridas”. San Pablo se presenta como anunciador de la Buena Noticia que es Jesucristo “¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!”. Y en el Evangelio prestamos atención a la curación de la suegra de Pedro, expulso muchos demonios y sano a otros “Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios”.

La lectura del libro de Job ha sido elegida, y pensada, en los enfermos que cura Jesús. Job pertenece al grupo de los endemoniados, pero con sentido moderno. No se trata de que este poseído por espíritu inmundo alguno, sino que se haya sumido en una profunda depresión. No le encuentra sentido a la vida, la ve como una carga insoportable, una noche oscura, que nunca acaba, un futuro sin esperanza “Al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se me hace eterna la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.” La solución le llega por un enfrentamiento con Dios, que le hace salir de sí mismo, abrir las ventanas y contemplar las maravillas que lo rodean, hasta terminar reconociendo humildemente que no puede discutir con Dios ni culparlo de lo que ocurre. Esa salida de si mismo hace cantar al salmista un canto de alabanza “Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados”

En la segunda lectura S. Pablo habla de si mismo y de lo orgulloso que está de la misión que ha recibido “me han encargado este oficio” No lo hace por capricho o gusto personal y sin esperar beneficio, la paga es anunciar el Evangelio, con el anuncio del Evangelio, de la Buena Noticia de Jesús, ya se siente pagado, lo hace gratis y de balde “¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde”

En el Evangelio, la enfermedad, la fiebre, obligaba a la suegra de Pedro a guardar cama y el hecho de que se lo cuenten a Jesús significa que la situación preocupaba a la familia. Jesús no dice ni una palabra, tan solo se limita a tomarla de la mano y levantarla. No es indiferente que Jesús la cure tomándole la mano, el contacto supone un sentido de cercanía que supera todos los miedos al contagio. Y cuando la enfermedad desaparece, la enferma, para demostrar que se ha curado plenamente, agradecida se levanta de la cama y se pone a servirlos.

Al ponerse el sol termina el descanso sabático, la gente aprovecha la ocasión para llevar ante Jesús a los enfermos y endemoniados, y a los demonios como lo conocían no les permitía hablar, Jesús no quiere que la gente sepa desde el principio su verdadera identidad, tiene que ir descubriéndola poco a poco, escuchándolo y viéndolo actuar.

Desde el primer capítulo del evangelio, Marcos, nos indica lo que será una constante en la vida de Jesús: su oración, el contacto diario e intenso con el Padre, del que saca fuerzas para llevar adelante su misión. “Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar” Esta conducta de Jesús nos trae a la mente aquellas palabras del salmo 63 “¡Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo!”

La misión de Jesús no se caracteriza por lo cómodo y fácil. En Cafarnaúm toda la gente pregunta por él, quiere verlo y escucharlo “Todo el mundo te busca”. Jesús decide recorrer de nuevo toda Galilea, anteriormente lo hizo solo cuando metieron a Juan en la cárcel, ahora lo hace acompañado de los discípulos. No sólo predica, también expulsa demonios. El Señor no pierde de vista a nadie, venda las heridas de todos lo que tienen el corazón destrozado y sostiene a los humildes.

Pidamos al Señor que el servicio sea una condición de nuestras vidas, que pongamos atención y cuidado en las personas que comparten nuestra vida.

Feliz domingo día del Señor, feliz semana.

Deja un comentario