XX Domingo Del Tiempo Ordinario

18/08/2024

Domingo Vigésimo del Tiempo Ordinario, seguimos con el discurso del Pan de vida del evangelio según S. Juan, del Pan bajado del cielo que nos nutre hasta la vida eterna. En este discurso, que comenzamos hace tres domingos, Jesús se hace pan y vino por amor, comer de este pan y beber de esta sangre es entrar en comunión con Él, comunión de vida y misión.

El libro de Proverbios, la Sabiduría nos convoca a un banquete de puertas abiertas, se ofrece el pan y el vino de la prudencia y de saber conducirse en lo cotidiano, manjar que conduce a la vida “Venid a comer de mi pan, a beber el vino”. “Gustad y ved que bueno es el Señor” canta el salmista, que alaba a Dios por su cercanía. S. Pablo, en Efesios, nos dice que el cristiano, inserto en este mundo, no se conforma con lo que el mundo le ofrece, evita lo que le separa de Dios “daos cuenta de lo que el Señor quiere”. En el evangelio, Jesús, se identifica con el pan “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”.

La primera lectura, libro de los Proverbios, nos habla de un banquete, de una comida que nos prepara la Sabiduría, personalización de Dios mismo, “venid a comer de mi pan y beber el vino que mezclado” Es una invitación para todos, sobre todo para los más desheredados, los más pobres. El salmista responde con gratitud y alegría a esta invitación “Gustad y ved que bueno es el Señor” Hace un elogio de los buenos y rectos de corazón, mientras los ricos empobrecen y pasan hambre, los rectos, los que buscan al Señor no les falta de nada

La breve segunda lectura, de la carta del apóstol S. Pablo a los Efesios, presenta un claro panorama de lo que debe ser la vida cristiana, nos llama a la sensatez “no seáis insensatos… no estéis aturdidos” sino “daos cuenta de lo que Dios quiere” y “dejarse llevar por el Espíritu” Todo ello dando alabanzas a Dios, todo un programa de oración, con cantos y salmos inspirados, tocando y cantando “con toda el alma para el Señor” y “dando gracias a Dios por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”

Terminamos hoy prácticamente el discurso del Pan de Vida, el próximo domingo leeremos las reacciones que produce este discurso en los judíos. Esta catequesis que Jesús nos está dando de la Eucaristía, comienza hoy con la misma frase con la que cerró la catequesis del domingo pasado “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”, pero, mientras el domingo anterior desarrollaba el tema de la fe, creer, en el de hoy el más eucarístico, comer, la carne del Hijo del Hombre para tener vida eterna. Jesús ahora habla de comer su Cuerpo y beber su Sangre, describiendo los efectos y beneficios de aquellos que participan del banquete eucarístico “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él” y “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” es verdadera comida y verdadera bebida “Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida”

Si anteriormente dijo Jesús que “el que cree en él tiene vida eterna” ahora completa la catequesis del discurso de Pan de Vida con “el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” El pan de la Palabra viviente, se ha identificado ahora con el pan y el vino de la Eucaristía.

Feliz domingo día del Señor  y feliz semana.

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