I Domingo De Cuaresma

09/03/2025

Primer Domingo del Tiempo de Cuaresma, tiempo litúrgico que, con la imposición de las cenizas, iniciábamos el pasado miércoles, un tiempo de reflexión y reconciliación, en el que acompañaremos a Jesús en su subida a Jerusalén. La Cuaresma no es un tiempo aislado, sino que está íntimamente unida a la Pascua. Los 40 días de preparación, junto con los 50 días de la Cincuentena Pascual, forman un período de tiempo fuerte. Para los cristianos, la Cuaresma es un tiempo de paso de lo viejo a lo nuevo, del pecado a la gracia

 El tema central de las lecturas es la fidelidad a Dios probada en la tentación y la necesidad de elegir el camino de la alianza y la conversión. La primera, lectura del Deuteronomio, recuerda la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto y la importancia de la alianza con Dios “El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido”. El Salmista reconoce la soberanía de Dios y la pequeñez del hombre, invitando a confiar en su protección “Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti”. La segunda lectura, de la Carta a los Romanos, S. Pablo, presenta la justificación por la fe en Cristo y el amor de Dios derramado en nuestros corazones, fortaleciéndonos para enfrentar las pruebas “con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación”. El Evangelio de Lucas, relata las tentaciones de Jesús en el desierto, mostrando cómo, con la Palabra de Dios, se pueden vencer las tentaciones “No tentarás al Señor, tu Dios”.

La primera lectura recuerda el gran acto de amor y liberación de Dios hacia su pueblo, sacándolo de la esclavitud de Egipto. Presenta un resumen de la historia de salvación, invitando a la gratitud y a la fidelidad a la alianza “Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto […] El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido” El Salmo, por su parte, reconoce la soberanía de Dios y la pequeñez del hombre, invitando a confiar en su protección “Quédate conmigo, Señor, en la tribulación”. Ambos textos nos invitan a valorar la historia de salvación y a reconocer nuestra dependencia de Dios.

En la segunda lectura, San Pablo nos presenta la profunda reflexión sobre la salvación que llega a través de la fe en Cristo. “Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo” El apóstol nos habla de la justificación por la fe y de la paz con Dios que tenemos por medio de Jesucristo, nos recuerda que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, dándonos la fuerza para enfrentar las pruebas y tentaciones que se presenten en nuestro camino.

El Evangelio de Lucas presenta el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. Jesús, lleno del Espíritu Santo, es tentado, pero vence cada una de las pruebas con la Palabra de Dios. Este pasaje nos muestra que la tentación es una realidad que todos enfrentamos, incluso el mismo Jesús. Sin embargo, también nos enseña que, con la ayuda de Dios y la fidelidad a su Palabra, podemos vencer cualquier obstáculo. Así, como Israel fue probado en el desierto y Jesús en su ministerio, también nosotros somos llamados a la fidelidad y a la confianza en Dios.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, es conducido al desierto, donde vence tres tentaciones esenciales: el deseo de poder, la codicia y el afán de dominio. “No tentarás al Señor, tu Dios”

Las tentaciones son un símbolo de toda una vida dedicada a la lucha contra el mal y resumen la lucha entre el bien y el mal, la elección entre uno mismo y Dios. El objetivo final de las tentaciones es romper la comunión con Dios.

Las tres tentaciones representan las relaciones que puede desarrollar un ser humano y se reducen a poner las necesidades y deseos propios por encima del servicio a Dios.

Convertir las piedras en pan, esta tentación busca que Jesús use su poder en su propio beneficio. Jesús se niega a transformar la piedra en pan para saciar su hambre, prefiriendo la obediencia a Dios antes que la comida.

Adorar al diablo para obtener poder y gloria, el diablo ofrece a Jesús la gloria y la autoridad sobre todos los reinos si se arrodilla ante él. Jesús rechaza adorar otra cosa que no sea a Dios.

El diablo tienta a Jesús a pedir pruebas que confirmen su misión a lanzarse desde el alero del Templo citando el Salmo 91, para que se lance y demuestre ser el Hijo de Dios. Jesús se niega a tentar a Dios, citando Deuteronomio 6, 16.

Las tentaciones de Jesús son un resumen de las tentaciones que el pueblo de Israel experimentó en el desierto, Lucas presenta las tentaciones como un modelo para los cristianos.

Feliz domingo día del Señor y feliz semana.

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