14/12/2025
Tercer Domingo de Adviento, conocido como domingo Gaudete o domingo de la alegría, alegría que nace de la certeza de que la venida del Señor está cada vez más cerca. El encendido de la tercera vela nos alerta de que la esperanza es una luz que ilumina nuestros pasos y disipa toda tristeza.
El Evangelio nos presenta una escena de profunda duda existencial, Juan el Bautista, desde la cárcel, se siente perplejo, desconcertado, confuso “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”. Juan esperaba otro tipo de mesías, pero se encuentra con que Jesús es Mesías con obras de curación y gracia, Jesús confirma la profecía de Isaías “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados” de juicio y poder, pero lo que oía eran obras de curación y gracia.
La respuesta del Señor remarca que la fe verdadera exige un corazón sencillo, capaz de aceptar el plan de Dios, que es muy diferente al nos imaginamos, lo mimo ocurre con el Bautista, imagina aun mesías de juicio y poder, y de ahí la bienaventuranza “Bienaventurado el que no se escandaliza de mi”
Para sostener la fe en medio de la perplejidad y la espera, la segunda lectura nos ofrece la virtud fundamental de la paciencia. Santiago nos exhorta a “esperar con paciencia hasta la venida del Señor”. Esta paciencia no es resignación, sino una resistencia activa. Debemos fortalecer nuestros corazones y vivir con la certeza de que Dios es fiel.
Nuestra espera se asemeja a la del labrador que aguarda el fruto precioso de la tierra, confiando en que Dios enviará la lluvia. Además, Santiago nos da una clave pastoral crucial: “no os quejéis los unos de los otros”. La queja continua es un síntoma que debilita nuestro espíritu de creyentes, mostrando que nos falta la esperanza activa que sabe que Dios viene en persona y nos salvará. Tomemos a los profetas como modelo de resistencia y de paciencia en medio de las dificultades.
Que, al encender hoy la luz de la alegría, nuestra paciencia sea el testimonio vivo de que hemos creído en el Mesías de la gracia, cuya venida próxima nos impulsa a la unidad y a vivir sin quejas.
Feliz domingo, día del Señor y feliz semana.





