Archivo de la categoría: Liturgia

III Domingo del Tiempo Ordinario

 Domingo de la Palabra de Dios

26 de enero 2025

El lema escogido para este VI Domingo de la Palabra de Dios es “Espero en tu Palabra” (Sal 119,74), don que nos alimenta y nos guía. No se trata de un simple aniversario, sino de una invitación a acoger con el corazón abierto la Palabra que nos transforma y nos llena de vida.  La Palabra de Dios es como una semilla que, si cae en tierra buena, da fruto abundante.

Allá por Navidad, el Evangelio de Juan nos decía “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. Jesús es la Palabra viva de Dios, la revelación plena y definitiva del amor del Padre, que se hace presente en nuestra vida cada vez que la escuchamos con fe y la dejamos actuar en nosotros.

El lema “Espero en tu Palabra” del Salmo 119 se relaciona profundamente con las lecturas que hemos oído. Nehemías muestra al pueblo renovando su esperanza en la Ley de Dios “Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley”. El Salmo alaba la perfección de la Palabra del Señor, que da sabiduría y alegría “Tus palabras, Señor, son espíritu y vida”. Pablo destaca los dones espirituales que fortalecen la comunidad, todos provienen de la misma fuente divina “Y todos hemos bebido de un solo Espíritu”. Finalmente, en Lucas, Jesús se presenta como el cumplimiento de la Palabra de Dios, trayendo esperanza y liberación “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír”

En la primera lectura de hoy, del libro de Nehemías, vemos cómo el pueblo de Israel se reunió con alegría para escuchar la lectura de la Ley.  El sacerdote Esdras leyó el libro de la Ley en la plaza, y el pueblo escuchó con atención, comprendiendo su sentido, fue un momento de renovación espiritual y de reafirmación de la esperanza en la Palabra de Dios que les llenó de gozo y los animó a vivir según sus mandamientos. Nosotros también estamos llamados a escuchar la Palabra con atención y con gozo, como el pueblo de Israel. 

El salmo responsorial muy en relación con esta primera lectura es un canto de alabanza a la Ley del Señor, que es perfecta, ilumina los ojos, es verdadera, justa y más dulce que la miel, capaz de dar sabiduría y alegría al corazón. Refuerza la idea de que la Palabra es digna de confianza y de esperanza.

Pablo en Primera Carta a los Corintios, recuerda que el Espíritu Santo reparte diversos dones a cada uno para el bien de la comunidad.  Aunque los estos son diversos, el Espíritu es el mismo, todos provienen de la misma fuente y tienen el propósito de construir la comunidad. Esto subraya la importancia de la Palabra de Dios en la vida de la comunidad cristiana y cómo cada miembro contribuye de manera única, pues la Palabra nos transforma con la fuerza del Espíritu

El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús en Nazaret, proclamando la Buena Noticia del Reino de Dios.  «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Noticia, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y a proclamar un año de gracia del Señor».

La Palabra de Dios, anunciada por Jesús, tiene una fuerza transformadora.  Él nos libera del pecado, nos sana de nuestras heridas, nos da esperanza y nos abre el camino hacia la vida eterna. Pero para que la Palabra produzca fruto en nosotros, necesitamos la acción del Espíritu Santo. Él nos ayuda a comprender la Palabra, a acogerla en nuestro corazón y a vivir según sus enseñanzas.

La Palabra de Dios nos llama a vivir en la fe, la esperanza y la caridad, que son las virtudes esenciales para nuestro crecimiento espiritual y para nuestra misión como cristianos. La fe es la confianza plena en Dios y en su Palabra. La esperanza es la certeza de que Dios cumple sus promesas. La caridad es el amor a Dios y al prójimo que brota de la escucha de la Palabra.  La caridad nos impulsa a vivir el mandamiento nuevo que Jesús nos ha dado: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado».  Llevar la Palabra a la vida es ser testigos del amor de Dios.  Nuestro testimonio debe ser coherente con lo que decimos creer.

Que la celebración de este Domingo de la Palabra de Dios renueve nuestro compromiso de vivir como discípulos del Señor, anunciando con nuestras palabras y nuestras obras la Buena Noticia del Reino de Dios.

Feliz domingo día del Señor y feliz semana

Solemnidad de San Sebastián

20/01/2025

Celebramos hoy la festividad de San Sebastián, santo patrón y protector de nuestro querido Alhaurín de Torre, y titular de nuestra parroquia. Su vida y martirio son un faro que ilumina nuestro camino de fe, esperanza y caridad, su vida y muerte nos enseñan valiosas lecciones de fe, valentía y perseverancia. San Sebastián, soldado y mártir, vivió en un tiempo de gran persecución para los cristianos. Sin embargo, su fe inquebrantable y su amor por Cristo fueron más fuertes que cualquier temor o amenaza que pudiera enfrentar.

La primera lectura de hoy, tomada de la carta del apóstol San Pedro (3, 14-17), nos exhorta a no temer a las pruebas y adversidades que podamos enfrentar por causa de la justicia.  Nos dice “Dichosos vosotros si tenéis que sufrir por causa de la justicia; no les tengáis miedo ni os amedrentéis.”  San Sebastián, como soldado de Cristo, encarnó esta enseñanza con su propia vida. No se dejó intimidar por las amenazas ni las persecuciones, sino que se mantuvo firme en su fe, encontrando la verdadera felicidad en la fidelidad a Dios.

El salmo responsorial nos invita a poner nuestra confianza en el Señor, quien nos libera de todas nuestras ansias.  “Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.”  La fe en Dios nos llena de esperanza, aun en medio de las dificultades.  Sabemos que Él está siempre a nuestro lado, sosteniéndonos con su amor y misericordia.

El Evangelio de San Mateo (10, 28-33) nos presenta las palabras de Jesús: “No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo.”  San Sebastián no temió la muerte física porque su alma estaba anclada en la roca firme de la fe.  Su valentía nos inspira a vivir sin miedo, proclamando nuestra fe con valentía y coherencia, no temió la muerte porque sabía que su alma estaba segura en las manos de Dios.

San Sebastián nos muestra que la verdadera fortaleza no reside en el poder físico, sino en la firmeza de nuestras convicciones y en la profundidad de nuestra fe. Su vida nos inspira a mantenernos firmes en nuestras creencias, incluso cuando enfrentamos dificultades y adversidades. Nos recuerda que, como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser testigos valientes de nuestra fe, sin importar las circunstancias.

La vida de San Sebastián es un testimonio elocuente de la caridad.  A pesar del sufrimiento y la persecución, permaneció unido a sus hermanos en la fe, brindándoles aliento y fortaleza, nos enseña la importancia de la comunidad y del apoyo mutuo. A pesar de las persecuciones, él permaneció conectado con otros cristianos, brindándoles aliento y fortaleza. Su ejemplo nos impulsa a vivir la caridad fraterna, a buscar el apoyo de nuestra comunidad de fe y ser una fuente de esperanza y consuelo para los demás.

Al reflexionar sobre la vida de San Sebastián, hagamos un compromiso renovado de vivir nuestra fe con valentía y dedicación. Que su ejemplo nos inspire a ser testigos valientes del amor de Cristo, llevando su luz a un mundo que tanto lo necesita. Pidamos a San Sebastián que interceda por nosotros y nos ayude a ser verdaderos discípulos de Cristo, siempre fieles y firmes en nuestra fe. Renovemos nuestro compromiso de vivir como verdaderos discípulos de Cristo, fortalecidos en la fe, animados por la esperanza y comprometidos con la caridad, comprometidos a ser testigos valientes del Evangelio en nuestro mundo, construyendo un futuro de paz, justicia y fraternidad para todos.

Feliz día de S. Sebastián.

Formación para la vida.

Formación para la Vida: Curso de Soporte Vital Básico y Uso del Desfibrilador.

El pasado 15 de enero, la Parroquia de Alhaurín de la Torre abrió sus puertas para acoger un curso-taller de Soporte Vital Básico y uso del Desfibrilador, una iniciativa dirigida a enseñar habilidades fundamentales para salvar vidas.

Gracias al compromiso de los profesionales sanitarios que impartieron el taller, los asistentes adquirieron conocimientos y destrezas clave para actuar en situaciones de emergencia. Desde las maniobras de reanimación hasta el correcto manejo del desfibrilador, cada lección nos recordó la importancia de estar preparados para responder con rapidez y eficacia.
Este curso no solo nos dejó aprendizajes técnicos, sino también un mensaje claro: ayudar al prójimo es un acto de amor y responsabilidad que nos une como comunidad de fe.
Agradecemos a todos los participantes por su interés y compromiso. Que este conocimiento adquirido sea un instrumento de esperanza y vida en momentos de necesidad.

II Domingo Del Tiempo Ordinario

 19/01/2025

Nos encontramos en Segundo Domingo del Tiempo Ordinario, la alegría de la Navidad aún resuena en nuestros corazones, acabamos de celebrar el nacimiento de Jesús, luz del mundo. Hoy la Palabra de Dios nos invita a profundizar en el misterio de su manifestación al mundo. El nexo de las lecturas es la manifestación de Jesús como el Mesías que trae la alegría y la abundancia del Reino de Dios Es también el domingo de la infancia misionera cuyo lema para este año es “Comparto lo que tengo”

En la primera lectura, Isaías, describe la renovación de Jerusalén como la “Desposada del Señor”, prefigurando la nueva alianza que Jesús instaura. El salmo responsorial nos invita a proclamar las maravillas del Señor, anunciando la llegada del Reino “Contad las maravillas del Señor a todas las naciones” San Pablo, en la segunda lectura, subraya los carismas recibidos de cada uno para el bien común y del Reino “Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común”. Finalmente, el Evangelio presenta el milagro de Caná, donde Jesús transforma el agua en vino, símbolo de la abundancia del Reino y el inicio de su misión “Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea”

El Evangelio de hoy nos narra una escena llena de simbolismo que nos revela la gloria de Cristo y el inicio de su misión. Jesús, con su madre y discípulos, participa en una fiesta familiar, una celebración de la vida y el amor. Ante la falta de vino, símbolo de la alegría y la abundancia, María interviene, mostrando su sensibilidad y confianza en su hijo. “No tienen vino”, le dice a Jesús. Y con estas palabras, María se convierte en intercesora, en la primera que nos invita a acudir a Jesús en nuestras necesidades.

La respuesta de Jesús, “Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora”, puede parecernos distante. Pero no se trata de un rechazo, sino de una afirmación de su voluntad de cumplir la misión que el Padre le ha encomendado. Y esa hora llega precisamente en Caná, cuando Jesús, obedeciendo a su madre, realiza su primer milagro, transformando el agua en vino.

Este milagro nos revela varios aspectos importantes de la persona y la misión de Jesús:

Jesús se manifiesta como el Esposo, el que viene a celebrar las bodas con su pueblo. El vino nuevo, símbolo de la gracia y la abundancia del Reino, es una prefiguración del banquete celestial al que todos estamos invitados.

Jesús, obediente a su Padre, se deja guiar también por su madre, mostrando la importancia de la familia en el plan de Dios. María, con su fe y su solicitud, nos enseña a ser mediadores, a llevar a otros a Jesús.

El milagro de Caná es un signo de la generosidad de Dios, que no quiere que falte la alegría en la fiesta de la vida. Jesús, con su poder divino, transforma lo ordinario en extraordinario, llenando nuestras vidas de sentido y esperanza.

Este Evangelio nos interpela también a nosotros. ¿Cómo vivimos nuestra fe en el día a día? ¿Somos generosos con lo que tenemos, como los niños, hoy día de Infancia Misionera, “comparto lo que tengo”? ¿O permitimos que el egoísmo y la indiferencia nos impidan ser testigos de la alegría del Evangelio?

Jesús nos llama a ser como María, sensibles a las necesidades de los demás, confiados en la providencia de Dios, dispuestos a colaborar con Jesús en la construcción de su Reino.

La Infancia Misionera nos ofrece un hermoso ejemplo de esta generosidad. Los niños, con su sencillez y su entrega, nos recuerdan que la verdadera alegría se encuentra en dar, en compartir lo que tenemos, por poco que sea. Recordemos las palabras del centurión, que repetimos en cada Eucaristía: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa…”  Con humildad, reconozcamos la grandeza de recibir a Jesús en nuestras vidas y dejemos que su presencia nos transforme.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine para que, como María en Caná, sepamos decirle a Jesús: “No tienen vino”. Que podamos ser instrumentos de su gracia, llevando la alegría del Evangelio a todos los que nos rodean.

Que la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, interceda por nosotros para que seamos fieles discípulos de su Hijo, Jesús, el Esposo que nos invita a la fiesta del Reino.

Feliz domingo día del Señor y feliz semana.