
Hoy la liturgia nos trae la solemnidad de la Epifanía del Señor, popularmente conocida como el día de los Reyes Magos de Oriente, ocasión en la que recordamos la visita de unos magos o sabios de oriente a Nuestro Señor.
Epifanía quiere decir manifestación, todo el tiempo de Navidad es una manifestación. Nosotros, la Iglesia de occidente, damos mayor relevancia al día de Navidad, nuestros hermanos de las iglesias orientales ponen el acento en la Epifanía. No hay contradicción, en Navidad celebramos la presencia visible de Dios encarnado en medio de nosotros, y en la Epifanía celebramos como se ha manifestado Dios que se ha encarnado. En Navidad celebramos el hecho que ocurrió en la humildad de la noche y que tuvo a unos pocos pastores por testigos. En Epifanía celebramos que ese hecho se ha manifestado para todos nosotros, y para toda la humanidad representada en los magos.

Los sabios de oriente que estaban en camino, en búsqueda, fueron guiados por la estrella, “Y la estrella que habían visto en oriente los guio hasta que llegó y se paró encima de donde estaba el niño”; una estrella que brilla para todos como nos dice el profeta Isaías “Caminaran los pueblos a tu luz, …”, pero ignorada e indiferente para muchos, todos la pueden ver, pero no todos la siguen.
El Evangelio hoy presenta dos modelos de búsquedas. Una, la de Herodes que busca al niño para destruirlo, para matarlo, de hecho, acabo matando a aquellos inocentes que sin voz dieron testimonio con sus pequeñas y cortas vidas, su búsqueda es de rechazo y de destrucción: “Id e informaos bien sobre ese niño; y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a adorarlo” La actitud de Herodes representa a las acciones y actitudes totalmente contrarias a la humildad, al amor, a la verdad y a la sencillez del Niño de Belén.
La otra búsqueda es la que emprendieron los magos, ellos representan a todos los hombres de buena voluntad, que dejan guiar e iluminar por la estrella, que buscan lo bueno y verdadero, lo verdaderamente humano. “Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra”
San Juan Crisóstomo, nos dice: “Los magos no se pusieron en camino de búsqueda por que vieron una estrella, sino que vieron la estrella porque estaban en camino de búsqueda” Mientras en el primer modelo de búsqueda el Mesías es rechazado por los suyos, los judíos, en el otro modelo de búsqueda es reconocido por todos los pueblos. Y por los regalos de los
magos, de gran significado, reconocido como mesías real le regalan oro, mesías sacerdotal le regalan incienso, y mesías profético le regalan mirra, es reconocido como sacerdote, profeta y rey. “… los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio”
Felices Reyes.