
La Iglesia celebra hoy la festividad de la Natividad de María que, en algunas ciudades y pueblos que celebran fiestas en honor a su patrona bajo alguna advocación.
Tal es el caso de la diócesis de Málaga, que celebra a su patrona la Virgen de la Victoria, al tiempo que celebra con alegría el Nacimiento de María, de ella nació el Sol de justicia, Cristo, nuestro Salvador, Señor y Dios.
Ningún acontecimiento importante acompañó al nacimiento de María, los evangelios no nos dicen nada acerca de la Natividad de María. Nació, tal vez, en una ciudad de Galilea, con mucha probabilidad en Nazaret, pero aquel día nada se reveló a los hombres. El mundo seguía dando importancia a otros acontecimientos. Con frecuencia lo importante para Dios pasa desapercibido y casi oculto a los ojos de los hombres que siempre andan buscando algo extraordinario. Ese día sólo hubo fiesta y alegría en el cielo, fiesta a la cual nosotros nos unimos hoy. Este día nos señala que el Mesías está ya próximo, como dijo S. Juan Pablo II en Redemptoris Mater:
“María es la Estrella de la mañana que, en la aurora que precede a la salida del sol, anuncia la llegada del Salvador, el Sol de justicia en la historia del género humano”
La vida de María pasa inadvertida. Todo Israel esperaba a esa doncella anunciada en la escritura, a la mujer del llamado Protoevangelio, donde los cristianos vemos cumplidas las promesas en María y su Hijo, Jesucristo: “pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón” (Gén 3,15). De ella nacerá, la promesa de la que habla el profeta Miqueas en la primera lectura, “de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel” que pastoreará al pueblo de Israel “pastoreará con la fuerza del Señor” María es la Puerta por la que Dios entra en el mundo.

Y ante tan gran alegría cantamos en una de las antífonas para el salmo de hoy “Y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho”
La liturgia de hoy, en la lectura de la carta a los Romanos, aplica a María este pasaje, en el que S. Pablo describe la misericordia divina que elige a los hombres para un destino: María es elegida para ser Madre del Hijo de Dios “Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera primogénito entre muchos hermanos” Dios da a cada uno las gracias que corresponde a cada uno y en su momento para la misión. “Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó” En este pasaje Dios nos da esperanza tanto para esta vida como para la futura. Incluso con el misterio del mal en el mundo, podemos estar seguros de la victoria última de Dios. Como dice Sta. Catalina de Siena: “Todo procede del amor, todo esta ordenado a la salvación del hombre. Dios no hace nada que no sea con este fin” y así lo hizo con María fue predestinada para ser la Madre Dios, la Madre de nuestro Señor que trae la salvación del hombre.
El evangelio nos recuerda la bondad de José, que también fue predestinado para ser el padre de Jesús y esposo de María, que no quería difamar a María, puesto que conforme a la ley judía le hubiera costado la muerte a María y como era hombre justo quiso tratar el asunto en privado, pero el ángel le hizo comprender que el Espíritu Santo había obrado en María.

Pero sobre todo lo que se destaca en la fiesta de hoy es la promesa cumplida, la profecía de lo que Dios dijo por medio del profeta: “Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que quiere significa Dios-con-nosotros”
Recordemos también nosotros que hemos recibido de Dios una llamada a cumplir una misión concreta en el mundo. Además de la alegría de contemplar a Nuestra Madre, a la Virgen María, también debemos pensar que Dios nos da a cada uno las gracias necesarias y suficientes para llevar a cabo nuestra vocación específica en medio del mundo.
Que María, interceda por nosotros y nos enseñe a servir a los demás sin ruido y guardando todas las cosas en nuestro corazón.
Feliz día de la Virgen Victoria, patrona de nuestra diócesis.