13/11/2022
Este XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario coincide con la celebración de la 6ª Jornada Mundial de los Pobres, cuyo lema para este año es “Jesucristo se hizo pobre por vosotros” pretende, como nos dice el papa Francisco en su mensaje con motivo de esta jornada, ayudarnos a pensar y recapacitar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas que existen en estos momentos. Son tiempos de crisis, marcados por la guerra y la subida de precios, que generan incertidumbre y pobreza, pero a pesar de las penalidades, no son tiempos para el lamento, la nostalgia y el desaliento, sino para confiar, esperar y comprometerse. En el mismo mensaje, el papa, nos dice “Este es el momento de no ceder y de renovar la motivación inicial” invitándonos a no ceder y a refrescar y poner al día nuestras motivaciones.
El profeta Malaquías quería animar, de parte de Dios, a unos judíos que se sentían defraudados, a la vuelta del destierro, porque no conseguían que la reconstrucción del Templo y de su sociedad fuese de manera fácil según los planes que habían pensado. Malaquías les invita a mirar hacia adelante, hacia “el día del Señor” ese día será por una parte “ardiente como un horno” porque los malvados serán quemados como la paja. Por otra parte, será un día de luz y de liberación para los que temen y honran a Dios “Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra” Ese día, en el final de los tiempos, se verá el destino de unos y otros, y se pondrá de manifiesto la justicia de Dios. El profeta nos viene a decir hoy a nosotros que el día final será de éxito y de felicidad para los que trabajan y se mantienen perseverantes, pero para los que no trabajan, los estériles será el fracaso absoluto y la muerte. Como el estudiante que se aplica y persevera, será de aprobado, sobresaliente y matricula, y para los malos estudiantes de suspenso. O bien como los deportistas, de la descalificación para los perezosos y de triunfo para los diligentes y perseverantes.
Pablo, en la segunda lectura, desautoriza a los que no quieren trabajar porque el fin del mundo está cerca “si alguno no quiere trabajar, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente”. La vigilancia ante la vuelta del Señor no consiste en desanimarse o huir hacia la pereza, sino de construcción de Reino, de ese Cielo Nuevo y esa Tierra Nueva que está en los planes de Dios. Mirar al mañana no es olvidarse del hoy, sino tener luz y fuerza para vivirlo con mayor compromiso y esperanza. Y así la llamada de pablo sigue siendo válida quien no trabaje que no coma, es toda una invitación al trabajo y al bien común, a la comunidad, y a la tarea evangelizadora “Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que, con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros”
Lucas en el Evangelio mezcla dos acontecimientos, por un lado, la destrucción del Templo de Jerusalén y la ciudad por los romanos, que no dejaron piedra sobre piedra y que sucederá en el año 70 d. C. Y por otro lado la visión del final de los tiempos que “no vendrá enseguida” El lenguaje utilizado por Jesús es típico de anuncios proféticos y apocalípticos, es un texto que está incluido en el discurso escatológico de Jesús: guerras, epidemias, hambre, espantos, revoluciones, catástrofes naturales, espanto en el cielo, de persecuciones a los creyentes, llevándolos a los tribunales e incluso a la muerte. Jesús nos dice que eso tiene que llegar primero, pero que el fin no es inminente “Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico” Jesús no trata de infundirnos miedo, de asustarnos, sino que nos infunde una esperanza serena. Nos pone sobre aviso de falsas alarmas y falsos profetas, y sobre todo nos invita a ver en todo esto un mensaje de salvación: “no tengáis pánico […] ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas” Nuestro destino está ligado al de Cristo Jesús, es un destino de triunfo, de victoria y felicidad. Las penalidades no deben desesperarnos, sino que nos “servirá de ocasión para dar testimonio”.
Feliz domingo, día del Señor, y feliz semana.