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DOMINGO 31 ENERO: LES ENSEÑABA CON AUTORIDAD

Seguimos avanzando por el tiempo ordinario, dejamos atrás la semana de oración por la unidad de los cristianos. El lema para este año fue “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia” Nuestros obispos nos invitaron a orar por la unidad.

Marcos en el evangelio de hoy nos habla de como reacciona la gente ante las enseñanzas de Jesús, el asombro y admiración que ocasiona su predicación, y su autoridad sobre los espíritus inmundos.

Marcos sitúa la acción en Galilea, concretamente en uno de los pueblos más importantes de la región, Cafarnaúm, en sábado y en la sinagoga, lugar de culto público donde el pueblo se reúne para escuchar las enseñanzas de la ley. Una enseñanza interpretada por los maestros autorizados, los escribas y letrados.

Allí predicó Jesús con autoridad imperiosa, incluso a los espíritus inmundos. Jesús hablaba con palabras de autoridad, no como los escribas. Nada nos dice el evangelista del contenido de sus palabras y enseñanzas, por el contexto se trata del Reino de Dios, Marcos hace hincapié en el impacto que produce la intervención y enseñanza de Jesús, que provoca asombro y admiración. Subraya su carácter de maestro que actúa con autoridad, le obedecen hasta los espíritus inmundos.

Jesús no tenía poder. No es lo mismo poder que autoridad. Con poder, unos pocos están arriba y otros están abajo. El poder impone, crea súbditos y subordinados. El poder consigue lo que quiere por medio de la fuerza. La autoridad utiliza el camino del ejemplo y la persuasión.

Persuadir es ofrecer buenas razones para que alguien actúe o piense de una determinada manera. Persuadir no es manipular. Los letrados y escribas enseñan en nombre de la institución, se atienen a las tradiciones, citando constantemente a los maestros, su autoridad proviene de interpretar oficialmente la ley. La autoridad de Jesús es diferente, no viene de la tradición, ni de maestros.
Jesús es el maestro que cuando enseña trasmite una energía desde su interior con toda la fuerza y poder de Dios que obra en Él. No ocurría en los maestros de las sinagogas que transmitían preceptos y enseñanzas humanas faltos de energía interior que da la vida y fuerza a las palabras. Lo asombroso de Jesús es que su misma persona es Palabra viva de Dios.
Jesús es una muestra evidente de que no basta el conocimiento de la ley para hablar en su nombre e imponerla a los demás. Es necesario tener la autoridad correspondiente para hacer valer con garantía lo que se enseña a los demás.

Las enseñanzas de Jesús no son meras informaciones sobre las realidades trascendentales sino palabras acompañadas de una eficiencia y eficacia asombrosa «Cállate y sal de él” confirma la autoridad de Jesús frente al espíritu inmundo que tiembla ante la presencia del que viene a liberar al hombre del mal.

Ante el poseído por el espíritu inmundo, que un ser sobrehumano, enemigo del hombre y de Dios, nos encontramos con el primero de los milagros, que Marcos nos va a narrar de Jesús. Para evitar una visión milagrera de Jesús, el evangelista enmarca este hecho en el contexto de la enseñanza del Reino de Dios, en donde adquiere el sentido de signos y de la naturaleza del Reino de Dios y del poder de Dios para llevarlo a plenitud, provocando el asombro “¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad”.
El endemoniado, sabiendo quien es Jesús, da testimonio de quien es Jesús “el Santo de Dios”. Mientras nuestro testimonio, lo mismo que los discípulos de Jesús, lo alcanzamos por un proceso de madurez en la fe; los espíritus inmundos conocen a Jesús de entrada sin ningún proceso de maduración en la fe.
Marcos ha presentado dos reacciones opuestas ante la persona y actividad de Jesús, de un lado el rechazo del endemoniado y la admiración de sus oyentes.

La admiración es el punto de partida para creer en Jesús, la pregunta ¿Qué es esto? se convertirá en ¿Quién es este?. El espíritu inmundo endurece su corazón, rechaza a Jesús, mientras el resto de los oyentes escuchan a Jesús y quedan admirados, “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón”.

La admiración es el punto de partida para creer en Jesús, la pregunta ¿Qué es esto? se convertirá en ¿Quién es este? El espíritu inmundo endurece su corazón, rechaza a Jesús, mientras el resto de los oyentes escuchan a Jesús y quedan admirados, “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón”. En la lectura del Deuteronomio tenemos la respuesta a la pregunta ¿quién es este? Es el profeta por el cual Dios, después de Moisés, no dejará de comunicarse con el pueblo, los cristianos vemos cumplida esta promesa de Dios en Jesús.
Que nuestra vida sea un constante asombro y admiración de Jesús para que lleguemos a decir: Tú eres el Santo de Dios, el Mesías.

Feliz domingo y feliz semana.

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AVISO MISAS PRÓXIMOS DOMINGOS

El horario de las Eucaristías del domingo 31 de enero y 7 de febrero, en la parroquia serán: 9:00h, 11:00h y 12:15h de la mañana y 7 de la tarde.

Temporalmente y para adaptarnos a las nuevas restricciones derivadas de la pandemia, este domingo 31 de enero, no se celebrará misa en Torrealquería, y el domingo 7 de febrero se suspende la misa en el Peñón.

REFLEXIÓN DOMINGO 17 ENERO

Nos encontramos en segundo domingo del tiempo ordinario, acabamos de comenzar el tiempo litúrgico, que nos va a acompañar la mayor parte del año y que nos invita a contemplar a Jesús desde su bautismo hasta su pasión.

El evangelista que principalmente nos va a acompañar durante todo este ciclo B es el evangelista S. Marcos. Pero al comienzo de este tiempo ordinario nos encontramos con un texto de S. Juan, cuyo motivo es el de introducirnos a todo el misterio de Nuestro Señor. Es un mensaje en el que S. Juan Bautista señala a Jesús como “Este es el Cordero de Dios” los discípulos de Juan ahora siguen a Jesús y se hacen sus discípulos. S. Juan se desprende de lo único que tiene, sus discípulos, es un desprendimiento de lo único que tenía en esta vida, pues no tenía posesiones, ni familia, ni riquezas, ni negocios.

La pregunta de Jesús, “¿qué buscáis?”  insinúa que puede haber un tipo de seguimiento no conforme con lo que Jesús ofrece, pero al ver el interés de los discípulos les ofrece compartir su propia vida.

Ellos le preguntan “¿Dónde vives?” y Jesús les invita a ir detrás de él. No habla de promesas, sino de una realidad que ellos pueden constatar y ver “venid y lo veréis”. Jesús vivía a orillas del Mar de Galilea en la ciudad de Cafarnaúm, pero este es el lugar de su residencia, la pregunta sería ¿dónde te puedo encontrar?

El encuentro con Jesús atrae a los discípulos y satisface los deseos que ellos tenían de buscarle. Jesús suscita el hambre y la sed de Dios, reconvierte los deseos y aspiraciones del hombre en un auténtico deseo de que se cumpla la voluntad de Dios, como dice la antífona del salmo “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”

El Señor no quiere sacrificios, ofrendas, holocaustos ni sacrificios expiatorios para encontrarlo, tan solo quiere que lo busquemos y encontremos en todos los necesitados, en nuestro prójimo, en las Escrituras, en la Eucaristía, en el Sagrario, en la comunidad creyente.

Y cuando lo encontremos digamos como Samuel dijo a Elí: “Habla Señor que tu siervo escucha”.

Cuidémonos los unos de los otros, en estos momentos que atravesamos, atenazados por esta tercera ola de la pandemia, pongamos en acción la cultura del cuidado como nos refiere el papa Francisco.

Juan 1,35-42

Feliz domingo y feliz semana.

SOLEMNIDAD DEL BAUTISMO DEL SEÑOR 10 ENERO

Hoy celebramos la Solemnidad del Bautismo del Señor, celebración que tiene la peculiaridad de servir de nexo entre los tiempos litúrgicos de la
Navidad, que concluimos y cerramos hoy, y el inicio del tiempo ordinario.

Si en los días anteriores resaltábamos la humanidad del Hijo de Dios, hoy en resaltamos la divinidad del Hijo de Dios.
El día 6 de enero celebrábamos la Solemnidad de la Epifanía, que es la adoración de los magos, o los sabios, o como popularmente se conocen los Reyes Magos. Hoy, en la Solemnidad del Bautismo del Señor, se nos hace ver como en Jesús se manifiesta la Gloria de Dios y su Gracia.
La epifanía o manifestación no es solo la que ocurre el día en que celebramos los Reyes Magos. En Navidad no hubo una epifanía sino varias: la adoración de los pastores, María y José en actitud contemplativa ante Dios hecho hombre, podemos decir que toda la vida de Nuestro Señor es Epifanía.

Cuando Jesús fue bautizado hubo una gran manifestación, una nueva Epifanía, se oyó la voz del padre, se vio al Espíritu Santo, en forma de
paloma, descender sobre el Hijo de Dios encarnado que recibe las aguas del Jordán. Es una manifestación explicita de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es la primera vez que aparecen las tres personas divinas juntas. El
Padre muestra al Hijo y lo consagra, unge, con el Espíritu Santo.

El pasaje del Bautismo está recogido en los tres evangelios sinópticos, todos coinciden en el dato de la forma de paloma del Espíritu Santo que baja y unge al Señor, del mismo modo, como hemos leído en la primera lectura del profeta Isaías, con el simbolismo del agua y de la nieve que bajan del cielo y riegan la tierra, así es la Palabra de Dios.

Otro detalle no menos importante es que Jesús, sin ser pecador, espera su turno para ser bautizado junto a los pecadores, haciéndose solidario con los pecadores, con un significado de gran calado, Dios se hace hombre, toma condición humana,
se solidariza con el hombre, para salvarlo.

Juan reconoce que el solo bautiza con agua, que prepara para recibir al Espíritu Santo. Todos los evangelistas insisten en la diferencia entre bautismo con agua y con Espíritu Santo. Juan como los profetas predica lejos de la ciudad, en el desierto, mientras, Jesús busca la cercanía humana.
Ese Espíritu que desciende va a volver toda la vida de Jesús en Epifanía, en una manifestación constante y continua; todos sus milagros,
sanaciones, exorcismos, todo Él es Epifanía. Por eso esta Solemnidad del Bautismo de Jesús conecta con la propia del tiempo de Navidad. Por un lado, nos lanza y nos deja preparados para que cada domingo, cada día, sepamos
encontrar la manifestación de Nuestro Señor y por otro para encontrar en el Él a Dios hecho hombre.
Feliz domingo y feliz semana.