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VI Domingo Del Tiempo Ordinario 12/02/2023

Este Sexto Domingo del Tiempo Ordinario coincide con la campaña de Manos Unidas, cuyo lema de este año es “Frenar la desigualdad está en tus manos” En nuestra parroquia, con motivo del ayuno voluntario de la campaña de Manos Unidas, tendremos la cena del hambre el próximo viernes 17 de febrero, a la que estamos todos invitados. También este sábado, 11 de febrero, con motivo de la festividad de Nuestra Señora de Lourdes ha tenido lugar jornada de oración por los enfermos, la revista diócesis se ha hace eco de la labor que llevan a cabo nuestro grupo de pastoral de la salud, y en todas las misas de este domingo se hará una oración por ellos.

Una síntesis a las lecturas puede quedar de la siguiente manera: La primera lectura, del libro del Eclesiástico, Sirácida o Ben Sirá, nos habla de que el pueblo de Israel se funda en la Ley de Moisés, ley que proviene de Dios, pero esta no limita o restringe la libertad humana “Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad” El salmo ofrece una reflexión de como la Ley de Dios es expresión del amor por su pueblo y el mismo salmista se encamina por ella para encontrar la salvación “Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor” En la segunda lectura Pablo, contrapone la sabiduría humana a la sabiduría divina que procede de Dios y es fruto del Espíritu y se acentúa en Cristo “Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios” Seguimos en el sermón de la montaña, en esta ocasión el Evangelio nos muestra como Jesús supera la ley antigua con mayor profundización y autenticidad “No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud”

La primera lectura, tomada de la literatura sapiencial judía, el Eclesiástico, señala la decisión y la libertad humana de cara a elegir fuego y agua, el bien o el mal, la vida o la muerte, dos caminos a elegir “Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera”. Pero incide el autor, Ben Sirá, de ahí el otro nombre con el que se conoce el Eclesiástico, El Sirácida, en que Dios no quiere ni el mal ni el pecado, ni tampoco que los israelitas abandonen el buen camino, la verdadera prudencia es seguir la voluntad del Señor. El auténtico sabio es Dios “grande es la sabiduría del Señor”, que todo lo ve y todo lo conoce, y ha depositado en las manos de cada hombre la libertad de elección, y el que sigue sus mandamientos aprende de la sabiduría de Dios.  En esto mismo insiste el salmo “Dichoso el que camina en la ley del Señor” el justo ha seguir ese camino que le enseña Dios “Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus decretos” “enséñame a cumplir tu ley y a guardarla de todo corazón”

San Pablo, en su carta a los cristianos de Corinto, sigue con el tema de la sabiduría comparando la humana a la divina. Los griegos eran famosos por su filosofía, por su sabiduría humana. Pablo prefiere apoyarse en la sabiduría de Dios que sólo el Espíritu nos revela “pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo”, una sabiduría que el mundo no comparte y que hay que tener ojos para reconocerla, pues aquellos que no viven conforme al Evangelio no reconocen esta sabiduría e interpretan la realidad con unos criterios distintos a los criterios de Jesús “Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido”

En el evangelio de Mateo seguimos leyendo el sermón de la montaña, en el que Jesús reúne una serie de enseñanzas, es el Maestro y el intérprete autorizado de las escrituras de Israel, de la Ley y los profetas, que va desgranando distintos momentos de la Torá, pero el Evangelio que Él nos enseña tiene mayor radicalidad ética que la Torá. Jesús ante todo nos dice que no ha venido a abolir, sino a da plenitud a la Ley “No he venido a abolir, sino a dar plenitud”

En su enseñanza, Jesús nos dice que sigue siendo válido lo que dice el AT, no hay que despreciar ni uno solo de sus mandamientos “En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley”, hace una interpretación más profunda de la Ley de la que hacen escribas y fariseos. En esta ocasión, Jesús, se sirve de tres conceptos: la prohibición de matar, de cometer adulterio y de jurar en falso.

 El concepto de matar lo amplia a la ira, a la colera, e incluso a el insulto hacia el prójimo “todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado” se trata del ámbito de la caridad con el hermano, no se puede estar peleado o guardar rencor, la ira, la ofensa y el insulto son tan merecedoras de castigo como el homicidio.

El adulterio lo mismo, lo amplia no solo al hecho del adulterio, sino que lo el solo pensarlo es suficiente. El adulterio ya estaba prohibido y castigado por la Ley, pero Jesús va más allá, nos invita a vigilar el corazón para que no cometa adulterio de intención “todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” para Jesús no solo cuenta lo externo sino también la interioridad de la intención. Nos dice Jesús que, si el ojo o la mano nos sirven de escándalo, o de piedra de tropiezo, que tomemos medidas para no caer- El corazón es la raíz de todo y hay que vigilarlo, pues el ojo y la mano son como los instrumentos con los que realizamos las intenciones del corazón “Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la gehena. Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la gehena”. En el terreno de la sexualidad, y en el de la avaricia el ojo nos lleva a apetecer lo que no es nuestro.

El juramento lo amplia al absoluto de no jurar por nada, ni por el cielo ni por la tierra, sino que nos baste decir si o no, este si o no debería ser tan creíbles en nosotros de tal manera que no sea necesario ningún juramento “Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello”.

Jesús con estas enseñanzas nos enseña a que no solamente tenemos que cuidar nuestra relación con Dios, sino también con los demás, es decir con el hermano, nos invita a una mayor interiorización de nuestras actitudes en la vida.

Pedimos a Nuestro Señor por la intercesión de María bajo la advocación de Nuestra Señora Lourdes, por nuestros hermanos turcos y sirios que sufren en estos días las consecuencias del devastador terremoto del pasado lunes, y por nuestros hermanos enfermos para que recobren la salud.

Feliz domingo, día del Señor, y feliz semana.

El video para este VI Domingo T.O.

V Domingo Del Tiempo Ordinario

05/02/2023

Continuamos caminando por este V Domingo del Tiempo Ordinario, recordemos que este pasado jueves día de la Candelaria y festividad de la Presentación del Señor, celebrábamos la Jornada Mundial por la Vida Consagrada, jornada que desde el 2 de febrero de 1997 vinimos celebrando, para este año el lema elegido es “Caminando en esperanza”. Ayer sábado se celebraba la Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, conmemorando la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz mundial y la Convivencia Común de 2019 entre el Papa Francisco y el Gran Imán Al-Tayyeb, se nos invita a tener presente la importancia del diálogo interreligioso, y a orar por la fraternidad de las religiones.

 Las lecturas de este domingo pueden quedar sintetizadas de esta manera: El profeta Isaías ofrece al pueblo un camino directo para ser luz ante los demás. No se trata del ayuno de los alimentos, sino de ayudar al hermano sufriente con las obras de misericordia “brillará tu luz en las tinieblas”. El salmo expresa como la vida del fiel que camina en la ley de Dios es luz para los demás, brillando en medio de las tinieblas “El justo brilla en las tinieblas como una luz”. Mientras Pablo en su primera carta a los Corintios, muestras sus humildes credenciales de su ministerio mostrando que la luz de su predicación no viene de él sino de quién lo ha llamado, es decir de Cristo “mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu”. El Evangelio, Jesús nos dice que somos luz del mundo, que esa luz no es para ocultarla, sino que brille en medio de los hombres “Vosotros sois la luz del mundo […] Brille así vuestra luz ante los hombres”.

 La primera lectura, el simbolismo de la luz lo presenta el profeta Isaías para introducirnos en lo que va a decir Jesús en el evangelio. Presenta este simbolismo de la luz de una manera muy concreta y vivencial siendo luz para los demás: partiendo el pan, dar cobijo al que no tiene, verter al desnudo, evitar la opresión, y así otras tantas obras de misericordia. Esto nos lo dice Isaías en un contexto de ayuno y penitencia que no deben quedar en simple y puro ritualismo, sino que debe de estar acompañado de obras “surgirá tu luz como la aurora”. El salmo en la misma línea refleja los mismo que dice el profeta “En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo”, que seremos luz si ponemos en acción la caridad con los demás “Reparte limosna a los pobres; su caridad dura por siempre”.

En la segunda lectura, destacamos como Pablo hace una confesión de humildad, se presenta ante los corintios débil y temblando de miedo, en su predicación, si  elocuencia alguna, no se apoya en las ciencias y sabiduría humana sino en el poder de Dios “cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría […] presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu”. Para entender lo que nos quiere decir Pablo debemos tener en cuenta que Corintio, ciudad griega, estaba habitada pro grandes sabios, maestros, filósofos, por hombres de ciencias y para Pablo no es la ciencia la salva sino la caridad, por eso se presenta no como sabio según los criterios humanos sino apoyándose en Jesucristo y este crucificado.

El Evangelio, Jesús, siguiendo con el sermón del monte cuyo comienzo fue proclamado el domingo pasado, las bienaventuranzas, sigue en este domingo enseñando lo que debe de significar y aportar un seguidor suyo, este debe ser sal y luz, testigo y profeta en medio del mundo.

 Como dice el refranero popular un día sin sal es como un día sin sol. La sal tiene una doble función: por un lado, dar sabor y condimentar la comida, y por otro sirve para preservar los alimentos de la corrupción. La sal también es vista como símbolo de hospitalidad y acogida, en el AT ofrecer el pan y la sal es acoger en casa al desconocido, al forastero. También es símbolo de esa gracia o salero que debe existir en nuestra convivencia y relaciones fraternas. Toda la Iglesia, es decir, todos los que nos llamamos cristianos y formamos parte de ella, debemos ser sal de la tierra “Vosotros sois la sal de la tierra”, sal de sabiduría humana y cristiana, de amabilidad, sal que contagia sabor y gracia, sal que es alegría, amor e ilusión, sal que da gusto a Evangelio. No olvidemos que la sal también a veces es sal que denuncia los males y mantiene incorrupto y conserva los valores fundamentales del Evangelio. Nos dice Jesús que una sal que no sala no sirve para nada “Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente”

La luz ha sido siempre un símbolo del bien, del amor, de la verdad, de la felicidad y de manera especial se aplica a Cristo esta simbología, por ejemplo, sin ir más lejos, este pasado jueves en la presentación del Niño “luz para alumbrar las naciones” y el mismo Jesús “Yo soy la luz del mundo” y ahora nos dice a nosotros “Vosotros sois la luz del mundo” que hemos de alumbrar con nuestra vida a los hombres, para que vean nuestras obras,  obras de misericordia,  y den gloria a Dios. Iluminados por Cristo nos convertimos en iluminadores de los demás, testigos de esperanza y del verdadero sentido de la vida en medio de una sociedad.  Esta metáfora es complementada por Jesús, para que no guardemos esa luz para nosotros mismos, comparada con una ciudad que debe ser visible en lo alto de una colina, o una lámpara que se enciende para iluminar toda la casa y no para esconderse.

Seamos sal que sala y luz que alumbra, y oremos por la fraternidad humana y la paz mundial.

Feliz domingo, día del Señor, y feliz semana.

Fiesta de la Presentación del Señor, la Candelaria

02/02/2023

Hoy celebramos la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, conocida, antes del Concilio Vaticano II, con el nombre de la Candelaria o Purificación de María. Esta fiesta es un eco, una prolongación de la Navidad, pero también es un eco hacia adelante, una proyección, que anuncia y presagia la pasión, “y a ti misma una espada te traspasará el alma”, de ahí que muchas imágenes de vírgenes dolorosas sean representadas con un puñal en el corazón.

En nuestra comunidad parroquia es una fiesta con una gran tradición, de la cual se encarga de su preparación el grupo parroquial Virgen de la Candelaria: organizar la presentación de los niños, procesión, fuego, roscas de pan. La raíz de la fiesta es que, a los cuarenta días de su nacimiento, Jesús fue llevado por María y José al Templo, como prescribía la ley judía, para ofrecerlo a Dios y rescatarlo dejando en su lugar una ofrenda, dejando en su lugar, como eran pobres, un par de tórtolas o dos pichones. También, como prescribía la ley judía, la purificación de mujer después de la cuarentena, de ahí en nombre que tenía: Purificación de María

Todas de las lecturas de hoy se refieren a Jesús: Malaquías nos habla de la entrada en el Santuario del Señor, a quien buscamos “De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando”; el Salmo nos invita a abrir las puertas, para que entre el Señor “¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las puertas eternales: va a entrar el Rey de la gloria”; el Evangelio, Lucas nos cuenta el encuentro cargado de gran significado del Hijo de Dios con dos representantes del pueblo “que aguardaba el consuelo de Israel” en caso de Simeón “sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día”  en el Ana.

La primera lectura nos trae la profecía de Malaquías que nos recuerda mucho al Adviento y Navidad “Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí” pues en cierto modo La fiesta de hoy, en cierto modo, algunos aún tenemos en el paladar el sabor a turrón y mazapán, sirve de clausura de la celebración de la Navidad y nos ayuda a entenderla en profundidad. En la misma sintonía del enviado de Dios está el salmo “¡Portones!, alzad los dinteles”, pues va a entrar aquel a quien andábamos esperando.

Lucas en el Evangelio, nos presenta el sentido de esta fiesta: el encuentro del Mesías, siendo aún un bebé en brazos de su Madre, con el pueblo. Simeón y Ana representan al pueblo. En la tradición de nuestra comunidad se escenifica este hecho, durante la procesión de la Virgen de la Candelaria, una niña porta al Niño de Dios, al Jesús niño, presentándolo a todos, que somos ahora Simeón y Ana. 

Antes de Concilio se remarcaba, en esta fiesta, el cumplimiento de la Ley judía por José y María, para rescatar al primogénito y purificar a la madre, de ahí nuestra tradición de presentar los niños en este día. Esta fiesta nos recuerda como Dios protege a los primogénitos del pueblo hebreo esclavo en Egipto en la última plaga, los primogénitos egipcios mueren y el faraón termina doblegándose y dejara en libertad a los hebreos, trae a memoria la pascua judía, el paso de la esclavitud a la libertad, pero también nos anuncia la pasión si anteriormente hemos dicho que en cierto modo clausuraba la Navidad, ahora en cierto modo inaugura la pasión, cuyo desenlace es la resurrección, la pascua cristiana, el paso de la muerte a la vida “Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción, y a ti misma una espada te traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones”.

En nuestros días la fiesta se centra en el hecho de que Jesús, Hijo Primogénito, fue presentado al Padre, donde la figura de María tiene un papel esencial, portadora de Cristo. Cristo es la luz del mundo. “Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” Si Cristo es la Luz, María es el candelero que sostiene y levanta al Niño, para que alumbre a todas las naciones como canta Simeón.

La sabiduría popular llamó a este día la Candelaria. Es María quien lleva al Niño al templo y la que nos lo presenta como Luz del mundo. María quiere que nuestra atención se centre, no en ella, sino en el Niño, ella siempre nos conduce a Jesús y pide, como lo hizo en las bodas de Caná de Galilea, “Haced lo que Él os diga”. Solo Jesús es la luz que nos guía y señala el camino.

La tradición de las roscas de pan que se ofrecen durante la celebración de esta fiesta u os dicen que está fundada en una leyenda de una niña perdida, cuidada y alimentada con pan por una mujer, a que la niña identificó con la Virgen de la Candelaria; otros, sin embargo, hablan de la gran actividad panadera de antaño de  nuestro municipio que suministraba de pan a la capital y pueblos de alrededor, otros de la caridad y generosidad de las familias que podían, y que donaban pan a sus vecinos en momentos de hambruna y  de miseria.

Pero, este gesto de la ofrenda del pan, tiene un significado y un sentido más profundo y espiritual, esa misma Luz del Mundo es también Pan de Vida, el Pan bajado del cielo que se ofrece a sí mismo “Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá nunca sed”; sin olvidar al pan material que pedimos, para nosotros y para los demás, en el Padre Nuestro cada vez que decimos “Danos hoy nuestro pan de cada día”, aunque es cierto que muchos cuando están saciados se olvidan “…vosotros me buscáis no por haber visto los milagros, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad no por el alimento que perece sino por el que perdura hasta la vida eterna…”

Hoy se celebra también el día de la vida consagrada, cuyo lema para este año es «Caminando en esperanza», pidamos por la fidelidad de los consagrados y por el aumento de vocaciones.

Aprendamos de María, seamos portadores de Jesús, llevemos su Luz por el mundo entero, alumbrémoslo con su Luz para que el mundo crea en Él. Tomemos ejemplo de Ana, que hablaba a todos del Niño, anunciaba a todos la Buena Noticia, el Evangelio, que es Jesús mismo.

Feliz día de la Candelaria.

IV Domingo Del Tiempo Ordinario

29/01/2023

Continuamos avanzando en el tiempo ordinario, hoy IV domingo del Tiempo Ordinario, al que muy bien podemos poner el nombre de domingo de las bienaventuranzas. Comenzamos el primero de los cinco grandes discursos del Evangelio de Mateo, que proclamaremos durante los siguientes domingos, lo comenzamos con la carta magna del cristianismo: las bienaventuranzas.

Las lecturas de hoy coinciden en la humildad, la pobreza y la sencillez, ya la búsqueda del Señor en la vida, aspectos que nos hacen preferidos de Dios.  La primera lectura, del profeta Sofonías, pone en valor a una minoría, resto de Israel que quiere vivir con espíritu de pobreza y humildad de corazón “Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre”. En el salmo nos dice que Dios no es un soberano que vive alejado de sus criaturas, todo lo contrario, se involucra con cada persona y de forma especial con los que sufren la injusticia y la opresión: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” cantamos en la antífona. S. Pablo no cae en el desánimo por la escasa relevancia social de su comunidad, la sencillez de las personas es el motivo de orgullo en el Señor. Los descartados del mundo son los encargados de llevar a cabo el proyecto de Dios “Dios ha escogido lo débil del mundo”. En el Evangelio Jesús sube al monte, lugar de encuentro con Dios, para comenzar su enseñanza la cual comienza con las bienaventuranzas “Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo”.

La primera lectura, del profeta Sofonías, destaca las características del resto de Isael, resto del pueblo que sigue siendo fiel a Dios, los que ponen su confianza en Dios, de los humildes, los pobres, los sin maldad, sin mentiras, sin embustes… Dios muestra su predilección, y el profeta Sofonías los exhorta a que busquen a Dios, la justicia y la humildad. Y son estos, los pequeños y no los poderosos, los que mantienen viva la promesa de Dios y la fe verdadera. El salmo en la misma línea habla de como Dios prefiere y protege a las personas oprimidas, los hambrientos, los cautivos, los ciegos, los peregrinos, los justos, los huérfanos, las viudas “El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, […]  endereza a los ya se doblan […] El Señor Reina eternamente”

La segunda lectura, de la primera carta a los Corintios de S. Pablo, nos dice que esa comunidad, como otras muchas, no tienen de qué gloriarse según los criterios humanos, aunque estén insertos en un ambiente que propia esa conducta, están inmersos en la cultura griega, donde abundan los aristócratas, los filósofos, los doctos, los poderosos, y que precisamente en la comunidad cristiana no reunía a esta clase de personas, y no es que sean mejores los cultos que nos culto, los pobres que los acomodados. La humildad que Dios quiere es de corazón, que a veces puede coincidir con la humildad social y otras en una condición social más holgada, y por eso, si de algo pueden gloriarse es de los dones de Dios y no de los méritos propios “el que se gloríe, que se gloríe en el Señor”, pues Dios elige lo necio de este mundo, las personas a las que la sociedad considera despreciables, descartables para llevar a cabo su proyecto “ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor” Por eso Dios los ha reunido Jesucristo que es sabiduría, justicia, santificación y redención, para aquella comunidad de Corinto y para nosotros también cristianos del siglo XXI.

En el Evangelio Jesús sube al monte y comienza a enseñar pronunciando las bienaventuranzas dando una lista de los bienaventurados “Bienaventurados los …”: los pobres, los que sufren, los que lloran, los hambrientos y sedientos de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz y los que son perseguidos a causa de la fidelidad a los valores de Dios y Reino.

La primera de las bienaventuranzas es la que da el tono a las demás, podríamos decir que es la columna vertebral de las misma. Se trata de los pobres de espíritu o en el espíritu, o bien los que eligen ser pobres, no se trata de pobres de condición, o que no tienen espíritu, sino los que interiormente han hecho una opción de no poner las riquezas en su corazón “Bienaventurados los pobres de espíritu”. Los pobres no por necesidad, sino por optar por el Reino de los cielos, pero son ricos según Dios, pues heredaran el Reino. Para Jesús son también bienaventurados los sufridos, los que lloran, los perseguidos a causa de la justicia, los descartados por ser fieles a Dios; también los que tiene hambre y sed de la justicia aquellos que no tiene el hambre del éxito material como primer valor en la vida, sino de la justicia, la fidelidad y el amor a Dios. Los misericordiosos son bienaventurados, tienen el corazón dispuesto a ayudar a los demás. Los limpios de corazón, que tienen un corazón libre de dobles intenciones, un corazón sincero libre de hipocresías. Los que trabajan y construyen la paz, pero no por ser pacíficos, sino porque optan por crear y construir la paz.

Jesús predicó las bienaventuranzas porque el mismo las practicó: pobre, lleno de misericordia, limpio de corazón, obrador de la paz, perseguido por cusa de su fidelidad a Dios.

Que las bienaventuranzas, la carta magna del evangelio, impregne nuestros corazones y sean nuestro criterio de vida.

Feliz domingo, día del Señor y feliz semana.

Video para la IV Semana Tiempo Ordinario